La creciente miniaturización y complejidad de los circuitos integrados (CI) plantea nuevos retos a la ingeniería de costes de la microelectrónica. En el campo de la fabricación de semiconductores, en particular, es necesario un conocimiento profundo de todo el proceso de producción para desarrollar modelos de costes fiables y transparentes. Los costes de fabricación de un circuito integrado se componen de varias fases de proceso altamente especializadas, desde la producción de obleas y el proceso de front-end hasta el back-end y el empaquetado. Cada uno de estos pasos tiene requisitos específicos y factores de coste que deben tenerse en cuenta en un cálculo de costes exhaustivo.
Un componente central de la producción es el proceso front-end, en el que el trazado del circuito se transfiere a la oblea de silicio mediante litografía. Los procesos litográficos modernos, en particular el EUV (Ultravioleta Extremo), permiten estructuras en el rango nanométrico, pero al mismo tiempo elevan enormemente los costes de inversión. Sólo un sistema EUV puede costar hasta 300 millones de dólares, lo que convierte a este subproceso en la fase más costosa de la producción. La decisión a favor de una tecnología litográfica concreta tiene, por tanto, una influencia significativa en los costes globales de producción y requiere un profundo conocimiento de la relación coste-beneficio.
Los costes de los materiales también desempeñan un papel decisivo en la ingeniería de costes de la microelectrónica. El precio del silicio en bruto, los productos químicos de proceso, los gases y, sobre todo, los conjuntos de fotomáscaras varía enormemente en función de la pureza, el nodo tecnológico y la cantidad. La compleja estructura de la producción de semiconductores implica que incluso pequeños cambios en el diseño o la tecnología pueden tener un gran impacto en el consumo de materiales y, por tanto, en los costes totales. Especialmente críticos son los juegos de máscaras, cuyos costes de fabricación para nodos avanzados pueden ascender a varios millones de dólares.
Los gastos generales son otra partida de costes importante. Además del consumo de energía, la infraestructura informática y los servicios de las instalaciones, también incluyen el coste del personal cualificado. A medida que aumenta la complejidad de los procesos -por ejemplo, con tecnologías por debajo de los 5 nm-, también lo hace la necesidad de personal altamente especializado. Esta evolución se refleja claramente en los gastos generales, que en algunos casos representan hasta el 35% de los costes totales de fabricación de un CI. Los factores de localización, como los precios de la energía o los niveles salariales, también influyen en estos costes, por lo que los valores de referencia específicos de cada región son esenciales para un cálculo preciso.
Para aplicar el enfoque ascendente en la ingeniería de costes de la microelectrónica, es necesario registrar detalladamente todos los costes relevantes de las máquinas. Esto implica no sólo el precio de compra, sino también la depreciación, los costes de mantenimiento y la utilización y rendimiento del equipo. Los sistemas de litografía, grabado y revestimiento son especialmente intensivos en capital. Como muchas de estas máquinas se utilizan varias veces a lo largo de la cadena de proceso, su utilización debe asignarse proporcionalmente a los troqueles producidos para representar una estructura de costes realista.
Aunque los procesos posteriores, como el corte en cubos, el pegado y el encapsulado, sólo representan en torno al 20% de los costes totales de producción, requieren especial atención en cuanto a mano de obra y consumo de material. La tecnología de envasado no sólo influye en la robustez mecánica y la disipación térmica del chip, sino también en su posterior utilización en diversos campos de aplicación. Los sectores automovilístico y aeroespacial, en particular, tienen requisitos más estrictos, lo que puede acarrear costes adicionales.
En general, está claro que la ingeniería de costes para la microelectrónica requiere no sólo una sólida comprensión técnica, sino también conocimientos económicos. Sólo mediante un enfoque holístico y basado en datos pueden crearse modelos de costes fiables y comprensibles que tengan en cuenta tanto los factores técnicos como los económicos. Especialmente en tiempos de cadenas de suministro globales y disrupción tecnológica, una comprensión precisa de los costes es una ventaja competitiva estratégica. El desarrollo de modelos de costes paramétricos que vinculen los datos de mercado con los ratios técnicos será cada vez más importante en el futuro y debería formar parte integrante de cualquier práctica moderna de ingeniería de costes.
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