En un sector tan competitivo como el actual, el control de costes no es un proceso secundario, sino parte integrante del diseño y el desarrollo del producto. Quienes integran la ingeniería de costes demasiado tarde se pierden posibles ahorros y ponen en peligro la viabilidad económica del producto. En cambio, las medidas tempranas permiten un control específico, con un efecto mensurable en los márgenes de beneficio y la comerciabilidad.
Alrededor del 80% de los costes posteriores del producto se determinan en el primer 20% de la fase de desarrollo. En esta fase pueden conseguirse importantes reducciones de costes mediante un diseño bien pensado, materiales alternativos o tecnologías de producción a medida. Sin embargo, si la ingeniería de costes no se integra hasta la fase posterior de planificación de la producción, los cambios sólo pueden realizarse a un coste elevado o no realizarse en absoluto.
Un elemento clave es el diseño en función del coste: los aspectos de coste se tienen en cuenta ya en la fase de diseño del producto. Esto incluye no sólo la selección de componentes baratos, sino también la reducción de la complejidad, la estandarización de piezas y la evitación de tolerancias innecesarias.
El diseño inteligente no sólo minimiza los costes de material y producción, sino que también facilita el montaje, el mantenimiento y el reciclaje. Aplicando la ingeniería de costes en una fase temprana, los costes del producto pueden reducirse en un porcentaje de dos dígitos, sin pérdida de calidad.
Las herramientas modernas de análisis de costes, como las plataformas digitales de cálculo o los programas de simulación, permiten tomar decisiones bien fundadas ya en la fase de concepción. Estas herramientas proporcionan información detallada sobre los costes de los componentes, los riesgos de la cadena de suministro y las rutas de producción alternativas. Esto permite a ingenieros y desarrolladores tomar decisiones con conocimiento de causa antes de que surjan trampas en los costes.
Quienes vinculan el desarrollo y el diseño de productos con una estrategia de costes clara se aseguran ventajas a largo plazo. El uso selectivo de la ingeniería de costes desde el principio no sólo mejora la rentabilidad, sino que también aumenta la capacidad de innovar y reaccionar rápidamente ante el mercado.